Mientras EE.UU e Israel
Mientras EE.UU e Israel levantan muros, en Bolivia ni siquiera les pedimos visa.Rolando Prudencio Briancon.12 de diciembre 2019.
Cuánta
diferencia estamos viviendo entre la política soberana que
practicó el gobierno del presidente Evo Morales, y el que
practica la golpista Jeanine Añez; precisamente sobre la
predisposición de ejercer el principio de soberanía, o en
su defecto el del sometimiento.
Fue el presidente
Evo Morales quien hace 11 años atrás tomó la
decisión de expulsar ignominiosamente al ex embajador Philip
Goldberg en septiembre del 2008, después de quedar en evidencia
su injerencia en asuntos internos, al mantener reuniones secretas con
los prefectos golpistas de la Media Luna, organizando el Golpe
Cívico Prefectural; un correlato contemporáneo al
Cívico Policial de ahora.
Desde entonces
hasta el día de hoy las relaciones con EE.UU.,
prácticamente estaban en su nivel más bajo,
limitándose a mantener a los encargados de negocios entre ambas
naciones, debido a una cuestión que hace al ejercicio de la
soberanía del Estado Plurinacional.
Por el
contrario, las relaciones con Israel fueron radicalmente rotas por
decisión del presidente Morales; no por acciones que atentaran
el principio de no injerencia entre estados; sino por un otro principio
que hace al sentimiento de solidaridad con el pueblo palestino, que
aquel entonces sufrió uno de los tantos genocidios que
cometió el estado israelí mediante la operación
“Plomo Fundido”, aniquilando a más de un millar y
medio de palestinos, y dejó heridos a más de 200 mil; al
margen de la destrucción de viviendas, sistema de agua potable,
suministro de energía, infraestructura hospitalaria, sistemas de
sanidad, etc.
Vale decir fueron
razones de orden moral, como de solidaridad las que llevaron al
presidente Evo Morales a tomar soberanamente ambas decisiones. Pero hoy
son de otra naturaleza las que han motivado al gobierno golpista
restablecer las relaciones con el estado genocida de Israel; y que
tienen que ver con lo que es la especialidad de un estado genocida,
referido no sólo al asesoramiento militar al Ejército
boliviano de su par israelí, sino asumir el sometimiento de los
militares a las directrices que se disponga desde el Ejército
genocida de Israel. Debe ser Bolivia el único país que
irrestrictamente ha abierto sus fronteras a genocidas e injerencistas,
sin pedirles ningún requisito.
Por el contrario
EE.UU., construye muros contra los migrantes por ser la “peor
gente”, e Israel hace lo propio contra los palestinos,
además asesinando y destruyendo las viviendas de los palestinos,
que es lo que el gobierno golpista y genocida de Añez apunta
aplicar en Bolivia.